Luego de la plenaria de ayer, en la que se empezó a plantear el tema de la “Telepresencia”, me quede pensando en el uso de éstas nuevas tecnologías de comunicación y lo que significa “estar o no presente”, si ese “estar” refiere únicamente a la presencia física o no necesariamente... Yo utilizó mucho estos medios (que recién están en su desarrollo embrionario) ya que con mi familia que residen en Río Gallegos o en El Calafate (cerca de 2.800 km de Rosario) me comunico por medio de la web, en donde realizamos videosconferencias o videollamadas (según mi abuelo: “algo mágico”) por medio del los programas Msn o el Skype.
Me gustaría dar mi opinión al respecto pero evitando hablar de los celulares con los que se produce un fenómeno con muchos puntos en común con el chat (con los mensajes y el estar en contacto las 24 horas del día más allá de la distancia), pero que a mi entender es muy distinto. A ver si me explico….Si bien el celular nos permite esta “telerelación” a toda hora y lugar, el modo en el que iniciamos las interacciones es totalmente distinto. Con las personas que mantenemos el contacto por vía celular ya preexiste una relación iniciada cara a cara, y en el chat no siempre es así. El chat lo veo mucho más propenso a la mentira y el engaño entre personas que no se conocen con anterioridad y al aislamiento del individuo de su entorno físico para sumergirse en un mundo virtual.
Mi posición sobre estas nuevas tecnologías está muy lejos de aquellos que defienden que éstas postergan la comunicación cara a cara. Creo, como algunos compañeros dijeron en clases, que eso depende del individuo y que las relaciones cara a cara para ciertas personas muchas veces ya eran un conflicto antes de estas tecnologías. Citando a un articulo que leí sobre este tema en la web, en el portal de la revista Consumer Eroski (la publicación trata noticias sobre consumo y vida cotidiana) aclara: “Buena parte del problema aparece cuando esas relaciones sustituyen a las mantenidas en el mundo físico, el de nuestros amigos y familiares "reales". Pero no se puede convertir a Internet en herramienta maligna. Las patologías que la Red evidencia son preexistentes: Internet no es causa de las relaciones anómalas, sino una oportunidad que se abre a personas con problemas emocionales y de relación que, pretendiendo resolverlos, pueden quedar atrapados en la Red hasta el punto de que se transforme en su única forma de comunicación con los demás”.
Es verdad que actualmente es común no conocer a algún vecino y mantener entretenidas horas de chat con personas de otras ciudades, pero lo que este fenómeno crea, a mí entender, es eso: una red de relaciones que no es limitada por el lugar o la distancia. Las telerelaciones no nos quitan la posibilidad de interactuar cara a cara, ni nos limita a solo mantener relaciones con la tecnología como intermediaria. Es una nueva alternativa, que nos ayuda a ampliar el campo de nuestras relaciones. Como toda tecnología creo que lo importante es darle el uso adecuado sin caer en el abuso.
Creo que la presencia y telepresencia no son antagónicas sino complementarias. Es más, espero (mas bien deseo) que éstas nuevas tecnologías puedan crear mayor fluidez en las relaciones o interacciones que no comparten el espacio físico llevándolas a otro nivel, llegando al punto en el que uno no se tenga que ir a 2500 km de su casa para poder estudiar, sino que pueda tener una educación a distancia de manera presencial.
Éstas son publicidades sobre Cisco, una multinacional que ofrece un sistema que es capaz de enviar la imagen de una persona, en tamaño real, a una sala situada a miles de kilómetros. Para ello bastan 10 megabits de ancho de banda… y 300.000 euros. Pensando en mí deseo sobre la educación a distancia... esto seria ideal!!! Aunque resulta un poco inalcanzable para las universidades públicas argentinas jaja tendré que seguir con las videollamadas con mi vieja!! jajja
Por último, acá les dejo un blogg con un par de artículos interesantes (y otros no tanto) sobre el tema.
